jueves, 8 de diciembre de 2011




Cuando John Lennon tenía 5 años le preguntó a su madre:
-Mamá, ¿cuál es la moraleja de la vida?
Su madre le respondió: –Sé feliz
Otro día en la escuela, la maestra de John Lennon le dio una tarea que le preguntaba que quería ser cuando fuera grande, y John dijo "que quería ser feliz" 

Al día siguiente, la maestra le dijo: Usted no entiende la tarea
Y John Lennon le dijo: Y usted no entiende la vida

John Lennon (9/oct/1940 - 8/nov/1980)

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Otro día de dolor de piernas, otro día que (ella) se me escapa, por escasos 54 minutos no nos vimos ni nos escribimos ni escarbamos en la soledad.
De la abundancia de las cosas al vacío de los párrafos sin palabras, el malabar silencioso del estuve y ya no coincidimos otra vez.
Me queda su foto con trenzas, rodando las trenzas por su pecho, sus ojos como de vidrio, y pestañas como de muñeca. ¿te veré mañana?
La luna me dice que sí.

martes, 1 de noviembre de 2011

Teresa Maraveles - Momento

Momento

En torno azul,
completo y denso,
se precipitó flotante
entre oleadas de viento,
entre voces de aliento.


Con la cara echada hacía atrás
sobre las piernas cruzadas
y las manos en el pecho
sobre el corazón,
respiraba toda la duda.

En bocados inmensos de consuelo,
recibió esa necesidad
de unos minutos a solas.


Se abrió la cascada del llanto,
tomando el camino
a una quietud de ropas blancas,
ligeras como la desnudez.


Fue pasando de a poco, todo era y estaba dentro, reflejada en sonrisa la reflexión…

Temar.
Octubre del 2011.



viernes, 21 de octubre de 2011

Gustavo Enrique Madrigal Arana - Y no tomé nota del día


Y no tomé nota del día

Y no tomé nota del día
cuando nos dimos cuenta uno del otro,
cuando supimos que nos necesitábamos por ser tan distintos y lejanos,
por tener dos historias que nunca se tocarían,
y ser dos que se cruzarían sin verse siquiera
si es que alguna vez coincidiéramos
en la misma ciudad

Bastó una llamada, diez minutos y muchas emociones
para darse cuenta de que dos corazones
latían con la misma emoción;
doscientos kilómetros,
ondas viajando, dos oídos que escuchaban
con el mismo aliento
palabras que salían
palabras como el agua,
como la luna vertiendo su luz

ella curando mis heridas, y yo asido a ella
como quien no
se quiere ahogar

(Ella perlas en la piel
y yo flores en las manos
resonar de sus respiros
y mis manos dibujantes.
Conspiramos el encuentro,
y nos vamos a dormir)